lunes, 21 de diciembre de 2015

Gigantes, Cerro La Cruz

Expedición Cerro la Cruz, Gigantes Córdoba

Fecha: 20 noviembre 2015 

Organizada por Azimutrek, Alvaro Anes



Preparativos, equipo de escalada y campamento

El Cerro de La cruz destaca al fondo


Pasando por "El Pescado"

"El Pescado"

Preparando el equipo al pie del Cero la Cruz

Hacia uno de los relevos sobre la pared

Fede Serino... Mirando laa mejores líneas



Uno de los relevos  

Cumbre

Cumbre!



viernes, 7 de agosto de 2015

Una Ballena Jorobada en el Río de la Plata






Una Ballena Jorobada en el Río de la Plata

Reproducimos el artículo publicado por el Instituto de conservación de Ballenas.

El día posterior a la difusión de la noticia en los medios gráficos (lunes 3 agosto de 2015), nos hicimos presentes con el Lic Hugo P. Castello del laboratorio de Mamíferos Marinos del Museo Arg. de Ciencias Naturales, “Bernardino Rivadavia” , para constatar la información errónea que circulaba en los medios, nombrando a la ballena perdida, como  “ballena minke” Balaenoptera acutorostrata, cuando en realidad, y como se podía ver en un primer video, cuando el animal se voltea sobre su lomo, se observa que pertenecía a la especie "Megaptera novaeangliae", lo que podría citarse como  uno de los primeros ingresos de este especie de cetáceo, a las aguas del Río de la Plata, específicamente, en el área de las dársenas del puerto
Los anteriores registros indican ballenas adultas varadas al sur de las costas bonaerenses y una ballena jorobada en el Río Uruguay.

Muy amablemente, el encargado del operativo por parte de la Prefectura Naval Arg. Prefecto Gómez, nos posibilita el embarque en uno de los semirrígidos de esta entidad, para poder fotografiar y documentar el avistaje. Las condiciones climáticas del día lamentablemente hicieron imposible la maniobra.

Federico Serino, Asociación Amigos del Museo Arg. De Ciencias Naturales. Proyecto Planeta Azul.


Una Ballena Jorobada en el Río de la Plata
Buenos Aires, 6 de agosto de 2015 - Esta semana una ballena jorobada fue avistada en el Dique 4 de Puerto Madero de la Ciudad de Buenos Aires. Las autoridades de la Prefectura Naval Argentina y la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación pusieron en marcha un operativo para ayudarla a salir del área portuaria hacia el Río de la Plata por sus propios medios. Existen casos similares para esta especie en Argentina y otros sitios del mundo. 
Una ballena jorobada juvenil ingresó al dique 4 de Puerto Madero de la ciudad de Buenos Aires el pasado lunes 3 de agosto. De inmediato, la Prefectura Naval Argentina y la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable iniciaron un operativo que contó con el apoyo técnico de Miguel Iñiguez, miembro de la Fundación Cethus y Delegado de Argentina ante la Comisión Ballenera Internacional

Foto infobae



Integrantes del Instituto de Conservación de Ballenas estuvieron presentes en el lugar. “Fuimos alertados de esta situación y nos pusimos en comunicación con las autoridades y con Miguel Iñiguez para conocer los detalles del operativo”, explica Roxana Schteinbarg, coordinadora ejecutiva del ICB, y agrega: “Nuestro equipo técnico acordó que la decisión de acompañar a la ballena e intentar redirigirla hacia el Río de la Plata y desde allí hacia el mar, es lo más apropiado. Colaboramos brindando información a los medios de comunicación y recalcamos que el operativo en curso es lo más recomendado, contrariamente a la opción de utilizar medios mecánicos para retirarla del lugar”.

Se trata de un individuo juvenil de ballena yubarta o jorobada (Megaptera novaeangliae) de unos seis metros de largo, que probablemente se encontraba en su ruta migratoria entre el Atlántico sur y Brasil. Los adultos pueden alcanzar hasta 16 m de largo con un peso de aproximadamente 40 toneladas. Posee una forma corporal distintiva, con aletas pectorales largas y cabeza nudosa.




"Ballena Jorobada" o "Ballena Yubarta" (Foto WEB)





Las ballenas tienen hábitos migratorios. Durante el verano se alimentan en aguas frías y en el otoño migran hacia aguas más cálidas para tener a sus crías. Las ballenas jorobadas de la población del Atlántico Sudoccidental migran desde las aguas Antárticas hacia las aguas cálidas del norte de Brasil siguiendo probablemente el borde de la plataforma continental. Muchos se han preguntado cómo entonces esta ballena pudo llegar hasta Puerto Madero.
El Dr. Mariano Sironi, Director Científico del ICB, explica que "en ocasiones algunas ballenas ingresan a cursos de agua dulce con conexión al mar. Pese al avanzado sistema de orientación que poseen, a veces se pierden y como consecuencia se alejan de su hábitat natural, que es el océano. Esto es más probable aun en el caso de animales jóvenes como éste, que tienen poca experiencia siguiendo la ruta migratoria después de separarse de sus madres”.

La Dra. Marcela Uhart, co-directora del Programa de Monitoreo Sanitario Ballena Franca Austral de Chubut, describe que “es importante que las ballenas retornen a su medio natural en poco tiempo ya que en el agua dulce su salud se va deteriorando progresivamente. Por un lado, la piel, que es muy delicada y está adaptada al agua salada, pierde su capacidad de controlar infecciones y de cicatrizar heridas. Al mismo tiempo, el agua dulce afecta los riñones y deshidrata a los animales”.  El Dr. Sironi agrega que "las ballenas necesitan salir a la superficie para respirar. Como es sabido, el agua salada favorece la flotabilidad, por lo que realizar el ascenso en agua dulce les exige un mayor gasto de energía."

Todos estos factores contribuyen a aumentar el estrés que sufre el animal fuera de su hábitat. Por ello, lo que se recomienda en estos casos es tratar de reorientarla con la ayuda de pequeñas embarcaciones como lo hizo el personal de Prefectura Naval. El objetivo es lograr que el animal vuelva al mar por sus propios medios sin intentar capturarlo y transportarlo. Su captura con el fin de salvarla, además de las complicaciones logísticas enormes que presentaría, incrementaría notablemente el estrés poniendo además en riesgo la vida de la ballena.


Miguel Iñíguez pudo observar de cerca del animal desde las embarcaciones de Prefectura, e informó: "El animal no estaba en estado ideal. Se lo veía delgado y con lesiones en la piel que tal vez podrían ser producto del contacto con las embarcaciones o por los días que llevaba en el agua dulce". También declaró que que cuando la ballena salió a respirar cerca del bote, se pudo advertir que el soplido era limpio y sin olor. (La Nación)

Hay registros de situaciones similares con la misma especie ingresando en cursos de agua dulce. En julio de 2012, una ballena jorobada ingresó por el Río Uruguay y fue observada por pescadores de la localidad de Villa Paranacito (Entre Ríos). En ese caso se efectuó un operativo similar  pero a los pocos días su cuerpo fue encontrado cerca de la localidad de Campana, en el Río Talavera. Otro caso fue el de una ballena jorobada hembra junto a su cría, bautizadas Delta y Dawn, que en mayo de 2007 ingresaron en la bahía de San Francisco, California y de allí subieron unos 170 km por el río Sacramento. Se considera el caso de mayor distancia recorrida por la especie en un curso de agua dulce. Luego de varios días, regresaron al mar usando el mismo operativo de arreo sin presión con embarcaciones pequeñas que involucró a investigadores del Marine Mammal Center de Sausalito y personal de gobierno y seguridad naval de California.


La ballena vista en Puerto Madero fue observada por última vez el miércoles a las 4.20 hs desde las embarcaciones de la Prefectura en el área cercana a la Terminal de Cargas Internacional del Puerto de Buenos Aires. Allí estuvo todo el día martes y la noche del miércoles tras salir de la Dársena Norte. El viento del sudeste jugó en contra del operativo y por eso se esperó la bajante, para ver si esto facilitaba la salida de la ballena por el canal de navegación. Desde entonces un guardacostas de la Prefectura y otras embarcaciones continúan rastrillando el área y el operativo se amplió inclusive hasta el Canal Mitre. Estamos esperanzados de que haya sobrevivido y se encuentre nuevamente en su ruta hacia el mar.
Se puede reproducir citando la fuente. © Instituto de Conservación de Ballenas

Megáptera Novaeangliae (Foto Infobae)

Detalle de la cabeza del animal, donde se aprecian los nódulos caracterísiticos de la especie (Foto Infobae)

Foto prensa Prefectura Naval Arg.


lunes, 20 de julio de 2015

¿Afectan las olas la distribución de las ballenas en Península Valdés?






Reproducimos la nota enviada gentilmente por el Instituto de Conservación de Ballenas (ICB) a través de su boletín WEB.
Adaptación: Federico Serino, Asociación Amigos del Museo Arg. De Ciencias Naturales

¿Afectan las olas la distribución de las ballenas en Península Valdés?

ICB (Instituto de Conservación de Ballenas), 20 de julio de 2015 - La ballena franca austral utiliza las aguas de Península Valdés en su época reproductiva, de mayo a diciembre. Se ha especulado que la distribución de los cetáceos está limitada en parte por las condiciones oceanográficas (por ejemplo, por olas y corrientes). Para conocer más sobre este fenómeno en la península, el biólogo Julián Pontones  comparte información sobre el proyecto que está llevando a cabo para estudiar la influencia de las olas del mar sobre la distribución de las ballenas en el Golfo Nuevo.


La dinámica de la superficie del mar está influenciada por el intercambio de energía con la atmósfera. El viento altera la superficie y su principal efecto son las olas. El movimiento de la superficie del mar afecta a especies de aves y mamíferos: los cetáceos son particularmente sensibles a este fenómeno ya que cumplen todo su ciclo de vida en el mar. Las ballenas en general utilizan zonas “tranquilas” o protegidas para sus actividades reproductivas, para dar a luz y para el cuidado de sus crías recién nacidas, disminuyendo el riesgo de ahogamiento, predación y el gasto energético por natación.

La ballena franca austral utiliza las aguas de Península Valdés en su época reproductiva, de mayo a diciembre. Llegan cuando la frecuencia y velocidad del viento son menores, y parten cuando éstas comienzan a aumentar. Se ha especulado que la distribución de los cetáceos está limitada en parte por las condiciones oceanográficas (por ejemplo, por olas y corrientes). Para conocer más sobre este fenómeno en la península, estudiamos la influencia de las olas del mar sobre la distribución de las ballenas en el Golfo Nuevo.

Se estimó la energía de las olas del Golfo utilizando un programa que combina datos batimétricos (profundidad) y datos de vientos de la región. Estos resultados se superpusieron con la información de distribución espacial de las ballenas obtenida durante los relevamientos aéreos del Programa Ballena Franca Austral del Instituto de Conservación de Ballenas / Ocean Alliance (ICB/OA). Los relevamientos analizados fueron realizados entre el 15 de setiembre y el 15 de octubre de los años 2010, 2011 y 2012, época del año con mayor abundancia de ballenas.


Se observa en la Figura 1 que la distribución de la energía de las olas coincide con la predominancia de los vientos del sector oeste de la zona, dado que la mayor energía de olas (representada en color azul) se concentra en el margen este del golfo. Los puntos muestran que la mayoría de las ballenas se distribuyen a lo largo de la costa norte, entre el Doradillo y Punta Cormoranes. Además muchos individuos se concentran en la zona de alta energía.
  


Si bien esto puede parecer contradictorio, dada la característica de cuenca semicerrada del golfo, la energía dentro del mismo comparada con la de mar abierto no sería lo suficientemente elevada como para causar cambios comportamentales en la estadía de las ballenas durante los meses estudiados, que no son los de mayor energía de olas del año.

Sin embargo, cuando analizamos la ubicación de GPS de los 776 individuos censados, encontramos que el 90% se ubicaron en zonas con una energía de olas menor a 10.000J/m. Es decir que la mayor parte de la población se localiza en sitios puntuales de baja energía mientras residen en el Golfo Nuevo.

Por lo tanto, las ballenas parecieran evitar lugares con elevada dinámica en superficie (“con mucho oleaje”). Este estudio es una buena aproximación de la relación entre la energía de las olas y la distribución espacial de las ballenas en el golfo. Sería interesante complementar estos resultados con observaciones del comportamiento y distribución de ballenas en días de vientos fuertes constantes y de esta manera caracterizar de una forma más amplia la distribución espacial de la Ballena Franca Austral según la dinámica de la superficie del mar.

Agradecimientos: Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, Instituto de Conservación de Ballenas, Ocean Alliance, Servicio Meteorológico Nacional, Servicio de Hidrografía Naval Argentino, Dr. Augusto C. Crespi Abril, Dr. Mauro E. Carrasco y Sr. Marcos Riccardi.

Bibliografía:
Borcard, D., Legendre, P. & Drapeau, P. (1992). Partialling out the saptial component of ecological variation. Ecology, 73:1045-1055.

Labraga, J. C. (1994). Extreme winds in the pampa del Castillo Plateau, Patagonia, Argentina, with reference to wind farm settlement. Journal of Applied Meteorology. Vol 33.

Lanfiutti, M. (2000). Distribución, abundancia y hábitat de la ballena Franca Austral (Eubalaena Australis) En la Península Valdés. Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco. Seminario de Licenciatura.

Malhotra, A. & Fonseca M. S. (2007). WEMo (Wave Exposure Model): formulation, procedures and validation.

Rowntree, V., Payne, R. & Schell, D. (2001). Changing patterns of habitat use by southern right whales (Eubalaena australis) on the nursery ground at Peninsula Valdes, Argentina, and in their long-range movements. Journal of Cetacean Research and Management (SPECIAL ISSUE) 2:133–143.

Tarbuck, E.J. & Frederick, L.K. (1999) Líneas de costa. Ciencias de la Tierra: Una Introducción a la Geología Física, sexta pp. 313-334. Madrid

Se puede reproducir citando la fuente. © Instituto de Conservación de Ballenas