lunes, 20 de julio de 2015

¿Afectan las olas la distribución de las ballenas en Península Valdés?






Reproducimos la nota enviada gentilmente por el Instituto de Conservación de Ballenas (ICB) a través de su boletín WEB.
Adaptación: Federico Serino, Asociación Amigos del Museo Arg. De Ciencias Naturales

¿Afectan las olas la distribución de las ballenas en Península Valdés?

ICB (Instituto de Conservación de Ballenas), 20 de julio de 2015 - La ballena franca austral utiliza las aguas de Península Valdés en su época reproductiva, de mayo a diciembre. Se ha especulado que la distribución de los cetáceos está limitada en parte por las condiciones oceanográficas (por ejemplo, por olas y corrientes). Para conocer más sobre este fenómeno en la península, el biólogo Julián Pontones  comparte información sobre el proyecto que está llevando a cabo para estudiar la influencia de las olas del mar sobre la distribución de las ballenas en el Golfo Nuevo.


La dinámica de la superficie del mar está influenciada por el intercambio de energía con la atmósfera. El viento altera la superficie y su principal efecto son las olas. El movimiento de la superficie del mar afecta a especies de aves y mamíferos: los cetáceos son particularmente sensibles a este fenómeno ya que cumplen todo su ciclo de vida en el mar. Las ballenas en general utilizan zonas “tranquilas” o protegidas para sus actividades reproductivas, para dar a luz y para el cuidado de sus crías recién nacidas, disminuyendo el riesgo de ahogamiento, predación y el gasto energético por natación.

La ballena franca austral utiliza las aguas de Península Valdés en su época reproductiva, de mayo a diciembre. Llegan cuando la frecuencia y velocidad del viento son menores, y parten cuando éstas comienzan a aumentar. Se ha especulado que la distribución de los cetáceos está limitada en parte por las condiciones oceanográficas (por ejemplo, por olas y corrientes). Para conocer más sobre este fenómeno en la península, estudiamos la influencia de las olas del mar sobre la distribución de las ballenas en el Golfo Nuevo.

Se estimó la energía de las olas del Golfo utilizando un programa que combina datos batimétricos (profundidad) y datos de vientos de la región. Estos resultados se superpusieron con la información de distribución espacial de las ballenas obtenida durante los relevamientos aéreos del Programa Ballena Franca Austral del Instituto de Conservación de Ballenas / Ocean Alliance (ICB/OA). Los relevamientos analizados fueron realizados entre el 15 de setiembre y el 15 de octubre de los años 2010, 2011 y 2012, época del año con mayor abundancia de ballenas.


Se observa en la Figura 1 que la distribución de la energía de las olas coincide con la predominancia de los vientos del sector oeste de la zona, dado que la mayor energía de olas (representada en color azul) se concentra en el margen este del golfo. Los puntos muestran que la mayoría de las ballenas se distribuyen a lo largo de la costa norte, entre el Doradillo y Punta Cormoranes. Además muchos individuos se concentran en la zona de alta energía.
  


Si bien esto puede parecer contradictorio, dada la característica de cuenca semicerrada del golfo, la energía dentro del mismo comparada con la de mar abierto no sería lo suficientemente elevada como para causar cambios comportamentales en la estadía de las ballenas durante los meses estudiados, que no son los de mayor energía de olas del año.

Sin embargo, cuando analizamos la ubicación de GPS de los 776 individuos censados, encontramos que el 90% se ubicaron en zonas con una energía de olas menor a 10.000J/m. Es decir que la mayor parte de la población se localiza en sitios puntuales de baja energía mientras residen en el Golfo Nuevo.

Por lo tanto, las ballenas parecieran evitar lugares con elevada dinámica en superficie (“con mucho oleaje”). Este estudio es una buena aproximación de la relación entre la energía de las olas y la distribución espacial de las ballenas en el golfo. Sería interesante complementar estos resultados con observaciones del comportamiento y distribución de ballenas en días de vientos fuertes constantes y de esta manera caracterizar de una forma más amplia la distribución espacial de la Ballena Franca Austral según la dinámica de la superficie del mar.

Agradecimientos: Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, Instituto de Conservación de Ballenas, Ocean Alliance, Servicio Meteorológico Nacional, Servicio de Hidrografía Naval Argentino, Dr. Augusto C. Crespi Abril, Dr. Mauro E. Carrasco y Sr. Marcos Riccardi.

Bibliografía:
Borcard, D., Legendre, P. & Drapeau, P. (1992). Partialling out the saptial component of ecological variation. Ecology, 73:1045-1055.

Labraga, J. C. (1994). Extreme winds in the pampa del Castillo Plateau, Patagonia, Argentina, with reference to wind farm settlement. Journal of Applied Meteorology. Vol 33.

Lanfiutti, M. (2000). Distribución, abundancia y hábitat de la ballena Franca Austral (Eubalaena Australis) En la Península Valdés. Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco. Seminario de Licenciatura.

Malhotra, A. & Fonseca M. S. (2007). WEMo (Wave Exposure Model): formulation, procedures and validation.

Rowntree, V., Payne, R. & Schell, D. (2001). Changing patterns of habitat use by southern right whales (Eubalaena australis) on the nursery ground at Peninsula Valdes, Argentina, and in their long-range movements. Journal of Cetacean Research and Management (SPECIAL ISSUE) 2:133–143.

Tarbuck, E.J. & Frederick, L.K. (1999) Líneas de costa. Ciencias de la Tierra: Una Introducción a la Geología Física, sexta pp. 313-334. Madrid

Se puede reproducir citando la fuente. © Instituto de Conservación de Ballenas
 

miércoles, 15 de julio de 2015

Científicos en la Comisión Ballenera Internacional, divididos por los intereses balleneros de una minoría



Científicos en la Comisión Ballenera Internacional, divididos por los intereses balleneros de una minoría

Siguiendo con la serie de notas sobre el estatus de conservación de las especies de cetáceos amenazados y no-amenazados, reproducimos el boletín WEB del Instituto de Conservación de Ballenas (ICB), sobre las decisiones por tomar durante la última reunión de la Comisión Ballenera Internacional.
Federico Serino, Asociación Amigos del Museo Argentino de Ciencias Naturales. 



ICB,(Instituto de Conservación de Ballenas) 14 de julio 2015 - Mariano Sironi, Director Científico del Instituto de Conservación de Ballenas participó en la reunión del Comité Científico de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) entre el 22 de mayo y el 3 de junio pasados en San Diego. Uno de los temas más controvertidos fue la propuesta de un “nuevo” programa de Japón para continuar con su cacería “científica” de ballenas en el Océano Austral. Tras hacerse público el Reporte de esta reunión, el Dr. Sironi comparte sus conclusiones.

Sin consenso científico para la cacería de ballenas de Japón


La última reunión del Comité Científico de la CBI en San Diego, California, terminó con la reiteración de una conclusión que ya conocíamos y que quedó expresada en su Reporte“luego de las discusiones, está claro que no es posible alcanzar una visión consensuada del Comité sobre el NEWREP-A”, el “nuevo” plan de cacería “científica” propuesto por Japón.





La comunidad científica internacional se manifestó en contra de este plan, a través de una carta firmada por casi 500 científicos de 30 países, que presentamos durante la reunión.
Repasemos algunos hitos para entender cómo se llega a esta Reunión:

- El 31 de marzo de 2014, la Corte Internacional de Justicia de La Haya ordenó al gobierno de Japón el cierre de sus operaciones de cacería “científica” de ballenas en la Antártida, respondiendo a una demanda del gobierno de Australia. La Corte entendió que el llamado Programa Japonés de Investigación sobre Ballenas en el Antártico bajo Permiso Especial (conocido como JARPA II) no cumplía con el propósito de investigación científica de los estatutos que rigen la Comisión Ballenera Internacional, y por lo tanto, no era ciencia. Como resultado, Japón debió cerrar el JARPA II.

- El 19 de noviembre de 2014, el gobierno japonés presentó a la CBI el “Proposed Research Plan for New Scientific Whale Research Program in the Antarctic Ocean” (NEWREP-A). Este “nuevo” plan no es más que una continuación del JARPA II, y busca continuar la caza de ballenas a escala comercial bajo supuestos fines de investigación “científica” y evadir el cumplimiento del dictamen inapelable de la Corte.

- En febrero de este año, el plan fue evaluado en detalle por un panel de expertos científicos reunidos en Japón, quienes concluyeron que la evidencia presentada no justifica el componente letal de este programa
- Finalmente, en la reunión en San Diego, el Comité Científico de la CBI manifestó que el plan “no contiene información suficiente” que justifique la matanza de ballenas para estudiarlas.

La expectativa de Japón para esta reunión era lograr el apoyo del Comité Científico para avanzar con el NEWREP-A y continuar cazando ballenas bajo supuestos fines “científicos” en la Antártida. Sin embargo, encontró la oposición de una buena parte de los integrantes del comité científico que rechazan la propuesta.

Además pudimos llevar a esta reunión, la voz de casi 500 científicos de 30 países para manifestar su oposición, mediante la carta que los representantes del Instituto de Conservación de Ballenas de Argentina, el Centro de Conservación Cetácea de Chile/Brasil y otros colegas, presentamos durante la reunión.

En respuesta a la misma, el representante de Japón manifestó que la carta adolece de “simplificación” cuando manifiesta que la cacería “científica” de ballenas no es necesaria. Debo decir que estoy de acuerdo con esta apreciación. Efectivamente, opino que la matanza de ballenas para “estudiarlas” en pleno siglo XXI es innecesaria, y que efectivamente, esta afirmación es tan simple como verdadera. Hoy existen técnicas alternativas no letales para llevar a cabo esos mismos estudios sin matar una sola ballena más.





En 2016, el Comité Científico y la Comisión en reunión plenaria en Eslovenia deberán continuar el debate sobre este controvertido plan de cacería de Japón. Lamentablemente, es probable que esto no impedirá que en el próximo verano austral y antes de dichas reuniones, la flota ballenera japonesa zarpe hacia la Antártida a reiniciar sus cacerías ilegales, aun con la creciente oposición de la comunidad científica y sobre todo, en contraposición a lo manifestado por la Corte. Por ello, es urgente que los gobiernos de América Latina se manifiesten oficialmente en contra de este programa.

En este sentido, hago un llamamiento a los legisladores de Argentina para que aprueben cuanto antes los proyectos de declaración de repudio al NEWREP-A que ya ingresaron al Congreso de la Nación (2052-D-2015 y expediente 1860/15 )

En Argentina y en muchos países estudiamos la vida de las ballenas para comprender sus procesos y sus relaciones ecológicas utilizando técnicas no letales. El Programa de Investigación Ballena Franca Austral, iniciado por Roger Payne en 1971 y que actualmente co-dirijo con Victoria Rowntree, es el estudio científico de ballenas de mayor continuidad en el mundo y se basa enteramente en técnicas benignas. Es fundamental que las naciones manifiesten públicamente el rechazo al NEWREP-A y otros programas similares que responden a intereses comerciales encubiertos y no científicos, violando la moratoria a la caza de ballenas vigente.

Santuarios de ballenas

En San Diego también se debatió acerca de los santuarios de ballenas. El Santuario del Océano Austral que rodea la Antártida debe ser sometido a su evaluación periódica, mientras que la propuesta del Santuario del Atlántico Sur será analizada por un panel de expertos y luego presentada ante el comité científico en 2016, según una hoja de ruta propuesta en San Diego.

Claramente, los países con intereses balleneros se oponen a los Santuarios. La revisión y análisis de los Santuarios constituyen los fundamentos y defensa de por qué son necesarios. Al respecto, José Truda Palazzo del Centro de Conservación Cetácea y ex-comisionado alterno de Brasil ante la CBI, con quien compartimos las jornadas de trabajo en el Comité, manifestó que “el rechazo masivo de la comunidad científica internacional a la cacería ‘científica’ no representa solamente una reacción a la absoluta pobreza técnica de la propuesta, sino también al escandaloso abuso de la Ciencia para fines netamente geopolíticos y comerciales. La presencia ballenera de Japón en Antártida y en el Santuario del Océano Austral bajo excusas pseudocientíficas es intolerable para quienes se dedican a la verdadera investigación científica de cetáceos.

Promoviendo la Conservación de las ballenas

Inmediatamente después de concluida la reunión científica en San Diego, participé de la primera reunión de trabajo conjunto entre el Comité Científico y el Comité de Conservación de la CBI. Esta reunión tuvo por objetivo “proponer procedimientos para facilitar la implementación y el seguimiento de recomendaciones de conservación”. Sucede que muchas recomendaciones emanadas del Comité Científico luego no son llevadas a la práctica, con lo cual pierden su efectividad para atenuar o solucionar los problemas de conservación que enfrentan los cetáceos hoy. Esta reunión conjunta fue un primer paso para fortalecer la agenda de conservación que la Comisión Ballenera Internacional debería tener para adecuarse a los tiempos actuales.

Desde el Instituto de Conservación de Ballenas y el Centro de Conservación Cetácea agradecemos a todos los investigadores que manifestaron su apoyo firmando la carta de la comunidad científica internacional en rechazo a la cacería “científica” de ballenas. Su voz fue escuchada en el seno del Comité Científico. Pero las ballenas necesitan más voces que defiendan su vida. Y en este sentido seguiremos trabajando.
Cordialmente,

Dr. Mariano Sironi
Director Científico
Instituto de Conservación de Ballenas

Un agradecimiento especial a Cetacean Society International, Humane Society International y Patagonia, Inc. por su apoyo para las acciones de conservación del Instituto de Conservación de Ballenas en la Comisión Ballenera Internacional. 

Fuentes:
© Instituto de Conservación de Ballenas. Boletín WEB