viernes, 14 de octubre de 2011

Código del montañero




Código del montañero 

Editado en el año 1965 por la Federación Argentina de Montañismo y Afines, basado en las recomendaciones de la Unión Internacionales de Asociaciones de Alpinismo (UIAA).

En la Asamblea General de la Unión Internacional de Alpinismo (UIAA), celebrada en Munich, Alemania, entre el 18 y el 22 de junio de 1964, se recomendó la divulgación de la ponencia presentada por el Club Alpino Alemán, consistente en una serie de consejos prácticos y éticos destinados a los deportistas de montaña.
Las 10 premisas:


1. Ser, más que parecer
Hacer montaña significa vencer dificultades. Es educativo, aumenta la confianza en sí mismo, pero no debe conducir aun sentimiento de superioridad. Los montañistas no son una élite privilegiada, sino simples seres humanos que tienen hacia sus familias y hacia la sociedad los mismos deberes que los no montañistas. El montañismo no debe perder su carácter de sana actividad de las horas libres. Además, la vida nos impone tareas incomparablemente más grandes y más importantes que las de la práctica del deporte.
La jactancia, el ruido que se hace alrededor de las figuras, la búsqueda del sensacionalismo y las especulaciones, perjudican al deporte montañés en la misma forma que a la mayor parte de las otras actividades. El hombre capaz, el buen amigo en el que se puede confiar, no se distingue por la fanfarronería sino por la reserva. En él, la veracidad es natural. 
2. Ver, observar, aprender
Toda verdadera comprensión es consecuencia de la forma de ver y de captar. Esto exige interés, esfuerzo y experiencia. El que mira a su alrededor sin tomar conciencia de lo que le rodea, no hace más que descubrir superficialmente las cosas más esenciales; comprende poco y aprende también poco. Se puede por ejemplo considerar la vegetación de montaña bajo el aspecto de su color verde sembrado de manchas multicolores, las rocas bajo su aspecto grisáceo y matizado y los alrededores montañosos como una corona de picos anónimos, sin quedar por ello insensible a su belleza.
Pero la experiencia será mucho más rica y perdurable si se toma plena conciencia de ella y se comprende aunque no sea más que en sus aspectos más visibles. Bajo cualquier aspecto que se presente, será mucho más interesante si se conocen sus características y su origen. El que tiene algunos conocimientos sobre las variedades de las rocas y de las plantas, sobre los animales y sus costumbres, el que puede decir algo sobre los habitantes de una región montañosa y sobre su historia y su cultura, no cabe duda que experimentará una satisfacción mucho más rica. Si conoces las montañas que te rodean – puede ser que sus nombres evoquen en ti experiencias vividas, recuerdos y esperanzas - vivirás más intensamente la grande y embriagadora experiencia del montañismo. 
3. Prepararse
El éxito de una prueba de montaña depende de su preparación. Las condiciones previas son: la habilidad técnica, el entrenamiento, el buen estado físico y la aclimatación, así como un equipo adecuado. A ellas hay que añadir además la capacidad de juzgar las condiciones del desarrollo y del tiempo. Prepárate para la prueba en montaña física, espiritual y psicológicamente. Familiarízate con sus características y sus condiciones particulares (es muy importante fijar la ruta y el horario, anotar en caso de escaladas difíciles, los pasos más fatigosos y eventualmente, los lugares de detención o de vivac, las zonas particularmente peligrosas, las posibilidades de retroceso o de descenso) . No olvidar nunca comunicar vuestro objetivo y la ruta prevista a vuestros parientes más próximos, al guarda del refugio  (eventualmente, al libro del refugio) o a vuestros amigos. 
4. Realizar lo que somos capaces
Esto implica dos cosas:
a) No queremos reservarnos, sino ir hasta el límite de nuestras posibilidades. Una sana ambición es un elemento positivo. La satisfacción que nos produce la acción cumplida, por el valor de la acción en sí misma, da la verdadera medida. Presenciar las hazañas de un buen montañés, hábil y seguro, proporciona una placer estético.
b) No exagerar. La capacidad es la medida de lo que nos está permitido, es decir, que si las condiciones físicas y psicológicas son malas, si la forma física en ese día no es satisfactoria, hay que quedarse abajo. La insensatez no solamente pone en peligro a la persona que así actúa y a sus compañeros, sino también con frecuencia, a los que van a socorrerlos. No se puede asumir esta responsabilidad ni ante sí mismo, ni ante los padres o terceras personas que por esta causa se perjudican. Tomarse tiempo. Esta máxima es aplicable tanto antes de la prueba como, dentro de lo posible, durante la misma. Lo que no se ha podido hacer este año, puede hacerse más tarde. 
5. Economizar medios artificiales
El que reseña una escalada en el libro de la cumbre, la anota para sí mismo o la cuenta a sus amigos y camaradas del club, reivindica el hecho de haber recorrido una determinada vía ya anteriormente realizada. Es evidente que una renovación no es una hazaña del mismo valor que la primera escalada. Pero, las dificultades características de la escalada de esta o aquella vía, deben permanecer invariables. Del que la realiza por primera vez se exige que sea razonable y del que la renueva que sea leal. No es razonable, ni tampoco admisible para los que vengan después, intentar una primera que represente un riesgo total. No es leal tampoco abrir una vía recurriendo a medios artificiales ilícitos. Esto no es renovar una ascensión, sino violentarla. Toda vía de escalada sembrada de seguros está desvalorizada, y por ello, las vías deben conservarse o volver a adquirir lo más posible su estado primitivo. La moral montañesa exige por tanto una verdadera competición disciplinada de fuerzas midiéndose en condiciones intactas, que uno no tiene el derecho de degradar. Aquel que no escala lealmente debe hacérsele reflexionar y debe educársele. Como toda libertad, la libertad de la montaña está también sometida a reglas morales que excluyen la arbitrariedad y la deslealtad. 
6. Tener el valor de renunciar
El que intenta una prueba en montaña, con o sin esquís, debe estar también preparado para el regreso. El escalador debe conocer la técnica del descenso. (Así, por ejemplo, el que prefiere la escalada en roca puede tener que enfrentarse con ciertas dificultades durante sus pruebas combinadas sobre roca y sobre hielo). Debe conocer la vía teórica para juzgar, en caso dado, si es posible o sensato continuar la ascensión, utilizar un paso lateral o resolverse por el regreso. En caso de necesidad, todos los medios son buenos para salir de una pared o de una grave dificultad. Ciertas catástrofes se han producido porque la decisión de retroceder se ha tomado demasiado tarde. Por ello, la cuestión de la retirada debe ser incluida en primera línea en todas las consideraciones sobre la montaña.
Reconociendo a tiempo la necesidad de una retirada, no hacemos más que demostrar nuestro sentido de la responsabilidad. Vale más renunciar demasiado pronto, que demasiado tarde. Aunque no se haya conseguido alcanzar la cumbre, la prueba puede llegar a ser una aventura verdadera e inolvidable, porque en la mayor parte de los casos, la retirada implica la posibilidad del regreso y del éxito final. 
7. Socorrer
En una región habitada, podemos ser socorridos, en caso necesario, en cualquier momento. Pero en montaña no es así. Existen desde luego, puestos de socorro, bases y patrullas de salvamento, pero éstas no cubren más que una región muy limitada. El que se encuentra en dificultades en montaña, se ve obligado a solicitar el socorro más próximo. Y es por esto que todo andinista, todo esquiador, debe estar siempre dispuesto a ser capaz de socorrer un forma eficaz. Un curso de salvamento o por lo monos de primeros auxilios, es una de las exigencias inexcusables de todo montañés activo.
El peligro de otros es la señal de socorro inmediato, desinteresado y voluntario. Nadie debe contar nunca sobre la eventualidad de que el auxilio sea prestado por terceros, guías, profesores de esquí o miembros del servicio de salvamento. Pero, el apresuramiento en disponerse a prestar socorro, no debe ser tampoco ciego La falsa valoración de sus propias capacidades y medio ha tenido ya, a pesar de la mejor voluntad, muchas consecuencias mortales. Para que el socorro sea coronado por el éxito hace falta discernir rápidamente cuáles son los métodos más eficaces. Hay que intentar ante todo establecer contacto con las personas en peligro, para determinar la naturaleza de la ayuda solicitada.
Con frecuencia es también oportuno constatar la forma en que puede llegarse hasta ellas. La decisión sobre la forma de intervención depende de la comunicación establecida con las personas a socorrer. El que por sí mismo es capaz de prestar socorro, debe hacerlo inmediatamente. En caso dado, una tercera persona, de la cual sea posible prescindir, deberá partir en busca de otros socorristas. Si existen pocas probabilidades de socorrer eficazmente y por el contrario, es posible llamar a otros socorristas, conviene hacerlo en el plazo más breve.
Raramente la vida y la muerte dependen tan estrechamente de la decisión justa y de la acción inmediata, como en los casos de salvamento en montaña. 
8. Cuidar los refugios
Debemos una gran parte de nuestras posibilidades de excursión a la existencia de los refugios. Nuestros antecesores los construyeron con gran amor y a costa de grandes sacrificios. A nosotros nos corresponde cuidarlos para nuestro uso y el de nuestros hijos, debiéndolos considerar como bases de nuestras excursiones.
Todo montañés sabe por propia experiencia que agradable es la estancia en un refugio limpio y cuidado y lo desagradable que puede llegar a ser si el refugio está sucio o mal cuidado. Por tanto es natural que el deportista de montaña se sienta responsable del estado de los refugios, muy especialmente de aquellos que no están dotados de un servicio de mantenimiento regular y de los refugios de invierno.
Cuanto más contribuyamos al mantenimiento y limpieza de nuestros refugios más a gusto nos sentiremos en la montaña y menores serán los gastos de refugios que figuran en el presupuesto de las sociedades deportivas. El montañismo activo, la formación de los jóvenes, las expediciones y otras disciplinas útiles saldrán a su vez beneficiadas. 
9. Proteger la naturaleza
Nos incumbe una seria responsabilidad en la protección de la naturaleza. Todo lo que en ella nos proporciona hoy goce y salud, no debemos dejarlo a nuestros hijos como si fuera un campo devastado. El paisaje montañés es una de las raras regiones donde la naturaleza se encuentra en estado primitivo. Esta "región inculta" debe ser protegida de una supervaloración excesiva bajo la forma de caminos, funiculares, trenes, casas, cercados, centrales eléctricas, industrias y otras muestras de civilización, generalmente con fines lucrativos. Nosotros los humanos, tenemos necesidad de disponer de algún espacio donde podamos estar solos frente a un mundo intacto y sano, para poder encontrarnos a nosotros mismos. La montaña representa este mundo intacto y así debe permanecer.
Esta convicción encuentra su expresión práctica en las leyes para la protección de la naturaleza que todo montañés debería conocer. Además de la protección de animales y plantas, es preciso que nos preocupemos también por el estado de las cumbres y de los caminos que en modo alguno, deben convertirse en depósitos donde uno se desprende de las latas de conserva vacías, botellas, papeles grasientos y otros desperdicios. El que esto hace, se extiende un certificado deplorable de ignorancia. Es tan sencillo transportar "vacío" al regreso todo lo que se ha subido "lleno", en caso de que no se prefiera enterrar todos los desperdicios bajo las piedras. Cuidad de que las montañas permanezcan limpias.


10. Ser tolerante
En la montaña somos ante todo hombre y no  miembros de una raza, nacionalidad, pueblo, religión, partido, profesión o cualquier otro tipo de agrupación. Hay muchas formas de hacer montañismo. La expresión "montañés   verdadero" o "auténtico" no es más que una frase pretenciosa por la que ciertas personas   tratan de imponer sus propias ideas. A este respecto hay opiniones muy diferentes. Lo que distingue a los montañistas unos de otros no es tanto su calidad como su individualidad. Unos consagran todas sus horas libres a hacer excursiones por montañas. Otros no van a ellas  más que ocasionalmente. Este realiza con el mismo placer tanto un paseo por la montaña, como un recorrido extremadamente difícil. A unos, las excursiones le hacen conquistar las cumbres, mientras que otros se dedican a no conocer de la montaña más que las paredes a escalar. Unos prefieren la roca, otros el hielo.
Hay otros para los que el colmo del placer son las excursiones que les proporcionan ejemplares de hierbas o piedras para coleccionar. Pero todos pueden ser montañistas y ninguno lo es más que el otro.
El que no concede valor al montañismo moderado se coloca en el mismo nivel que aquel otro que, en el extremo opuesto, no ve más que lo rudimentario desprovisto de comprensión y de sentido para el "mundo sublime de las montañas" reside precisamente en el hecho de que cada uno puede buscar en ellas el placer a su propia manera.

martes, 11 de octubre de 2011

Ascenso al Cerro Champaquí, Córdoba y el Cerro el Banquillo, Las Vegas, Mendoza

Ascenso al Cerro Champaquí, Córdoba y el Cerro el Banquillo, Las Vegas, Mendoza

Fecha: febrero del 2010

Por Federico Serino, Miembro del Explorer Club 

Cerro Champaqui; Argentina, América, Comechingones - ALTURA: 2770 m  o 9087 fts

Coordendas: 31 59 15 S - 64 56 12 W


Nota: Las disciplinas de escalada, montañismo y la espeleología son actividades de riesgo. Las montañas y las cuevas constituyen un ambiente cambiante y de riesgo. Se recomienda iniciar cursos con personal competente y la utilización de equipamiento homologado y actualizado.



Laguna en antecumbre




CUMBRE!!


El Cerro Champaqui es la cumbre mas alta de la sierra de Comechingones, localizada en el límite entre las Provincias de Córdoba y San Luis en la República Argentina. Con sus 2770 metros constituye la mayor elevación de la provincia mediterránea.

Existen dos trazados para acometer esta aventura, consistente en alcanzar la cima del balcón más alto del cielo puntano-cordobés: desde Villa Alpina, al Norte, con una caminata de aproximación de alrededor de 2 días. 
Por la localidad de Yacanto de Calamuchita, accediendo en primer lugar al Cero Lindero, por camino de ripio vehicular y luego de una hora de caminata, se llega a la cumbre

La recorrida de esta aventura, comenzó en Villa General Belgrano, Córdoba, donde nos preparamos para salir por la mañana temprano, para  realizar el ascenso al mencionado Cerro Champaqui, 2770 metros, que como dijimos, es una montaña emblemática de Córdoba.

El tiempo se presentó frío nublado y con niebla, debido al fenómeno de la corriente del niño del 2010, pero de todas maneras subimos con la camioneta hasta el denominado “playón” y luego fui yo sólo, para tratar de dilucidar entre la niebla, donde estaba la senda hacia la cumbre.

Caminando entre un mar gris pegajoso de niebla cerrada, en una ir y venir de una senda "balizada" con alguna que otra pirca, llegué hasta el amplio playón de donde escale, con unos fáciles pasos, hasta la cruz. Luego, al ver que despejaba, bajé a buscar a la familia y nuevamente, todos juntos, fuimos hasta la cima.

Me dio mucha pena como en el camino de acceso, los camiones sacan lajas, piedras y lo que sea… en algún momento lamentaremos las heridas que les hemos hecho a la tierra…

Cruz del Paramillo, al fondo el Aconcagua



Entrada a las Minas del Paramillo



De allí partimos hacia Mendoza Capital donde me esperaba mi querido amigo Chiche Figueroa y su familia.

Tuvimos que ir por Achiras, Córdoba, ya que el acceso por Villa Mercedes estaba bloqueado por las lluvias.


Al llegar a destino, preparamos una expedición con Chiche para ir al avión lamentablemente accidentado hacía dos semanas en la zona de Potrerillos, en el cerro El Banquillo (2200 metros), en las Vegas, Mendoza.

Luego de tres horas de ascenso llegamos a ver el lugar del accidente donde infelizmente  perdieron la vida tres personas, mis condolencias a las familias.

Cuando arribamos a la cuesta del cerro donde estaba el avión, justo salían apresuradamente un grupo de malvivientes que saqueaba los restos del avión, se fueron apresuradamente con lo que pudieron: restos de la cola y chatarra que no les servirá para nada…. Pero en fin, así es nuestro género humano….


 Cerro el Banquillo, Potrerillos Mendoza








QEPD. "...Los Aviadores no mueren, solo vuelan mas alto..."


Relato del Accidente (Diario Clarín, 10 de febrero de 2010)

A las 10 de ayer, el helicóptero policial realizó su vuelo de rutina por la zona turística de Potrerillos, en la cordillera mendocina. Sobre la ladera de un cerro, a 2.194 metros de altura, el piloto divisó una avioneta recostada en la mole rocosa. Se acercó y vio a uno de los tripulantes sacar su mano por la ventanilla, en señal de auxilio. Hasta entonces nadie había denunciado la emergencia de un avión. Una hora y media más tarde, cuando la patrulla policial logró llegar hasta la avioneta accidentada, encontró a dos de los tripulantes muertos. El tercero alcanzó a ser asistido, pero murió durante el camino al hospital.

El accidente aéreo golpeó a los miembros del Aeroclub Mendoza. Dos de los muertos, el piloto Luis Giorgio y el mecánico Rogelio Hidalgo, eran integrantes de esa asociación y ambos habían acumulado muchas horas de vuelo en aviones livianos. Con ellos viajaba otro hombre, de 57 años, que la Policía identificó como Carlos Bau, por un documento que llevaba entre su ropa. Este hombre cargaba dos cámaras fotográficas, por lo que se estima que había contratado el vuelo para tomar imágenes.

El aeroplano, una Pipper Arrow matricula LV-AZR, cayó en una zona cercana a la villa cordillerana de Las Vegas, a la altura del kilómetro 1085 de la ruta 7, que une Mendoza con Chile. Había salido del Aeroclub Mendoza pasadas las 8 de la mañana. El accidente habría ocurrido cerca de las 9. El personal del Servicio de Emergencias Coordinado, bomberos y la policía de Potrerillos viajaron hasta la zona pero era imposible llegar en vehículo. Un equipo de socorristas tuvo que ser trasladado en helicóptero hasta un paraje a 500 metros del sitio donde quedó el avión. El último trayecto lo hicieron a pie.




 Restos de la Aeronave





Foto web: http://www.flap152.com

"MORREJÓN DIVERS"

“MOREJON DIVERS”

ESTABLECIMIENTO “LAGUNAS DEL MOREJON" 

Por Federico Serino, Claudio Leiva

 

Preparando el hundimiento del  futuro pecio "Lujan II"
Vista de una de las lagunas del emprendimiento
El "Luján II" hacia su futuro lugar de descanso
Construcción del muelle para acceso de los buceadores
Al fondo, plataforma subacuática sumergida a 9 metros

Fecha: setiembre 2002

 
Objetivo

Explotación de dos lagunas artificiales para la práctica del Buceo Recreativo. Los espejos de agua son tosqueras utilizadas en su momento para la construcción del Puerto de Campana, al llegarse a la napa freática, se inundaron, conservándose un entorno natural ideal para realizar actividades acuáticas.
Se establecerá una primera etapa abocada al mejoramiento de la infraestructura para permitir un mejor acceso del público. Para  lograrlo se realizarán una serie de obras tendientes a la adecuación  del lugar para que la actividad pueda ser desarrollada.

Obras realizadas      

1 – Plataforma sumergible para escuelas de buceo.
2 – Muelle de acceso para ingreso a la laguna. A
3 – Mejoramiento de las instalaciones existentes para su utilización como sanitarios.
4 – Mejoramiento de un galpón para ser utilizado como pañol.
5 – Disponibilidad de energía eléctrica.
6 – Trabajos de mejoramiento del espejo de agua: En principio se  procederá al traslado y posterior 
      hundimiento de diferentes objetos tendientes a proporcionar un atractivo para el buzo. 
      Para el desarrollo de este ítem se cuenta con material aeronáutico de desecho así como también con
      vehículos fuera de servicio. También se estudiará la factibilidad del sembrado de especies ictícolas
      afines con el ecosistema (Caracius –carpas- sábalos, bagres, camarones). Se procederá a un estudio
      para la forestación de los fondos de la laguna.

Desarrollo: 
El planteo del negocio es la explotación de servicios de buceo orientado a las escuelas y a los particulares
que, debido al momento económico actual, busca un lugar para desarrollar esta  actividad ante la
imposibilidad de viajar al exterior. El potencial cliente es el que utilizaba canteras en países
vecinos que ante el encarecimiento de los costos de traslado, opta por una alternativa más cercana. Para
captar al público contamos con el conocimiento del mercado, los medios y la infraestructura necesaria para
lograrlo.

Legales.   
En común acuerdo de las partes actuantes se establecerá un contrato donde se expongan las diferentes
obras a implementar por la operadora de buceo, y la exclusividad de la explotación que le permite a la
misma disponer de estas por un tiempo determinado.

Agradecimientos
Al Ing. Alejandro Burello, por la donación del velero "Luján", que se convirtió en una "atractivo" turístico,
todavía hundido en el sitio


BUCEO EN EL FIN DEL MUNDO

Preparando la inmersión en "Bahía ensenada"
Carlos Guiggia, Federico Serino
antiguo velero de madera en el náutico de Ushuaia
El "Tres Marías" de Hector Monsalve
Federico Serino. Al fondo: Remolcador Sant Cristopher

El remolcador "Saint Cristopher" de la antigua compañía de Lopoldo Simoncini, encargada de tratar de reflotar el buque "Monte Cervantes"

 

Por Federico Serino. Miembro del Explorer Club, Instructor Buceo ACUC


Fecha 9 de octubre 2007

En un ventoso día de primavera del sur, junto con Carlos Guigia, operador de Buceo de Ushuaia, iniciamos una inmersión al pecio del "Monte Cervantes" hundido en el Canal de Beagle, cerca del Islote "Les Eclaireurs" el 22 de enero de 1930.

En espera del trayecto del vuelo a seguir que realizábamos entre Aeroparque, Rio Gallegos y Ushuaia, con posta de dos días en USU, pude organizar una expedición de buceo a la Bahía Ensenada y a la obra muerta del naufragio del buque “Monte Cervantes” en la inmensidad de las aguas del Canal de Beagle en Ushuaia.
 
Todo esto sin violar las normas de seguridad emitidas por las tablas DCIEM de periodos de permanencia en fondo y descompresión… si llegara a necesitarse.
 
Los fuertes vientos del Oeste no nos permitieron realizar la exploración en el área delimitada, así que nos dirijimos a la "bahía Lapataia", lugar mucho mas reparado, donde efectuamos avistamientos de grandes colonias de centollas y diferentes tipos de gasterópodos. Los matices formados por los rayos del sol y las pobladas masas de cachiyuyos (Macrocystis pyrifera), alga que se encuentra en grandes cantidades en aguas subantárticas, sencillamente fue increíble! 
 
Como se expuso, las condiciones climáticas nos permitieron el operativo en el Parque Lapataia, donde realizamos un buceo a 12 metros de profundidad con aguas calmas a 3ºC de temperatura. Utilizamos trajes secos Pino con 16 kg. de lastre

Luego, el día finalizó con una charla  con el fotógrafo y buzo profesional Héctor Monsalve, suegro de un colega de Austral Líneas Aéreas.




BIBLIOGRAFÏA

Inda, Enrique. "El tesoro del Monte Cervantes" Ed. Corin Luna, Bs. As. 1999. 324 pp.