BALLENAS: ¿SE
REINICIA LA MATANZA?
Por Federico
Serino
Miembro de
Solamac
Dive Instructor ACUC
Fecha: Junio 1998
Desde la moratoria acordada por la ahora
proclamada “COMISIÓN INTERNACIONAL DE LA BALLENA” (IWC) en el año 1986, donde la
prohibición total de caza fue el eje de la reunión, vemos que las cuotas
asignadas para las capturas científicas (permisos de captura que tienen ciertos
países para estudios científicos) fueron sistemáticamente violadas y
aumentadas.
Haciendo un poco de historia, el primer
registro de caza de ballenas se remonta al año 2000 a. C., donde ciertos
aborígenes de la península de Florida se acercaban a las costas para atrapar a
los cetáceos; las capturas las realizaban tapando sus respiraderos y
ahogándolos.
En esta etapa podemos denominar las capturas
como caza de subsistencia, pero a partir del siglo X con los pueblos Vascos de
la bahía de Vizcaya, se inicia la caza comercial con la persecución en lentos
botes de la llamada ballena sarda o vasca (Eubalaena
glacialis).
En el siglo XVI, los ingleses y holandeses aprenden
y mejoran las técnicas balleneras, como consecuencia se produce una gran
disminución en la población de ballenas francas. Otra nefasta invención nos
deja el año 1865 con la creación del arpón mecánico, del cual existen dos
tipos: el primero es el llamado “arpón frío” que causa la muerte por impacto o
por desangrado del animal; y el “arpón explosivo” que al tener una punta
detonante mata rápidamente a la ballena, con una alta destrucción de grasa y
tejido.
La historia de desdichas y matanzas nos trae al
año 1931, con la reunión de países interesados con la explotación ballenera
(Francia, Noruega, Inglaterra entre otros), donde forman la “Convención para
Regular la Caza
de Cetáceos”.
Una de las primeras medidas impuestas fue
prohibir la caza de la ballena franca (E.
australis y glacialis) y gris (Eschrichtius
robustus); limitar la captura de cetáceos en determinadas zonas y prohibir
la caza de ballenas azules (Balaenoptera
musculus) y ballenas jorobadas (Megaptera
novaeangliae) en la
Antártida.
Cronológicamente a partir de 1946, donde 19
países incluyendo a la
Argentina, se reúnen en Washington para crear la “Comisión
Ballenera Internacional”(IWC), donde se acuerdan cuatro puntos fundamentales:
1. Proteger a las
crías de todas las especies.
2. Limitar
científicamente el número de ejemplares capturados.
3. Crear reservas
integrales.
4. Prohibir toda
captura de animales que pertenezcan a especies en peligro.
1962: Acuerdo sobre la protección total de
stocks de ballenas azules (B. musculus)
del Indico -Atlántico.
1972: Prohibición total de captura de
ballena fin (Balaenoptera physalus).
1975: Métodos matemáticos para
determinación de poblaciones. Se propone la interrupción total de las
capturas, la cual no fue aceptada.
1980: Prohibición de la utilización del
arpón frío, excepto para ballenas minke (Balaenoptera
acutorostrata). Este método dejaba un saldo de un
6% de animales que morían en el acto, y el resto
sufría una lenta y terrible agonía antes de morir.
1981: Prohibición del arpón frío para
ballenas minke (B.acutorostrata).
1982: Primer moratoria que tenía en cuenta
la no captura de poblaciones costeras y antárticas.
1986: Moratoria total.
En resumen, esto es lo que sucedió. Pero... que
es lo que está pasando realmente en la actualidad?
Desde el año 1993 el número de capturas anuales con fines
científicos se ha incrementado. Al principio
con unas pocas ballenas aquí y otras pocas allá... . La realidad es que
nos encontramos con un aumento desmedido
en los cupos fijados, y los supuestos ejemplares de estudio terminan en las
góndolas de los supermercados para el preparado de diferentes platos
gastronómicos.
Veamos un
cuadro refiriéndonos a este hecho:
CAPTURAS ANUALES
AÑO
|
APROBADAS POR IWC
|
NORUEGA
|
JAPÓN
|
TOTAL
|
1995
|
388
|
218
|
330
|
936
|
1996
|
388
|
382
|
440
|
1210
|
1997
|
388
|
503
|
540
|
1431
|
1998
|
388
|
671
|
+ de 540
|
+ de 1.594
|
En este cuadro no se incluyen a Canadá y las
tribus de Alaska que tienen una cuota asignada como capturas de supervivencia.
Los números son referidos a ejemplares de
ballena minke (B.acutorostrata) que
es la especie que menos a sufrido la caza comercial y que según estudios
científicos ha visto incrementado su número total en aproximadamente 750.000
ejemplares, al ocupar el nicho alimentario dejado por otras especies de
cetáceos altamente perseguidos. Este argumento parece ser el eje de las
discusiones en que se centra la petición de reinicio de las capturas
comerciales por los países que siguen teniendo intereses en la comercialización
de productos de la industria ballenera.
También existe la problemática actual de la
competencia legal de la CBI
para manejar o administrar a los llamados pequeños cetáceos. Muchas de estas
especies aparecen dentro de las 200 millas de los mares territoriales y algunos
países piensan que son más apropiadas las reglamentaciones locales o
regionales. Ciertamente hay una gran necesidad del manejo adecuado de estos
animales, muchos de los cuales están bajo la amenaza de capturas directas o
indirectas por la industria pesquera, o bajo la amenaza de la contaminación.
Desde 1993 Japón quiere levantar la moratoria
impuesta por la comisión. Durante el desarrollo de las reuniones de Kioto
(1993) y México (mayo de 1994) se ha intentado
presionar para que esto ocurra, contando con el apoyo de los votos de ciertos
países insulares centroamericanos que los canjearon por una supuesta “ayuda
humanitaria”.
En los últimos años afortunadamente ha habido
una disminución en la utilización de productos derivados de la industria
ballenera. Aun así los países decididos a capturar ballenas con fines
científicos luchan por la colocación en los mercados de carnes y aceites;
viéndose incrementado este negocio por una gran cantidad de balleneros clandestinos
que surcan los mares en busca de presas.
En el futuro las reglamentaciones de normas
concernientes a la protección de cetáceos y la aceptación de dichas normas por
parte de los países disidentes será el corolario final acerca de este preocupante
tema de conservación.
Federico
Serino
Miembro de
Solamac
Rescue
Diver PDIC
Bibliografía-fuentes
·
Material
de divulgación del departamento de conservación de la Fundación Cethus.
·
Internet:
“Whales on the Net” (16/06/98)
·
Conferencia
sobre explotación y conservación de
ballenas. Alexandre Zerbini. Dpto. de Zoología Universidad de San Pablo.
Agradecimientos: A Hugo P. Castello del departamento
de mamíferos marinos del Museo Argentino de Ciencias Naturales, por la revisión
del texto.
Anexo:
La masacre de cetáceos en las Islas Feroe (Dinamarca) se realiza cada año como una
ceremonia de iniciación para los adolescentes que llegan a la adultez. En esta “tradición”, los jóvenes matan
anualmente unos 900 calderones (Globicephala
melas )y delfines del Atlántico
Uno de los argumentos de los
feroneses para defender la actividad, es la obtención de recursos
principalmente nutricionales en una geografía que es poco apta para la
agricultura o cría de animales. Sin embargo, estudios realizados en calderones varados
en las Islas Británicas demostraron los altos niveles de metales pesados (como plomo
y cadmio) encontrados en la carne de estos animales, transformándose en un
grave riesgo para la salud del consumidor
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Sangre de los cetáceos luego de la masacre (Foto cortesía Marco Paoluzzo) |
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"Chapoteando" en un mar rojo (Foto cortesía Marco Paoluzzo) |
Con ganchos atraviesan la cabeza de los animales aun vivos (Foto cortesía Marco Paoluzzo)
Los animales mansamente entregados a la carnicería (Foto cortesía Marco Paoluzzo)
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Procesamiento de las víctimas (Foto cortesía Marco Paoluzzo) |
Se los lleva a la costa para procesarlos (Foto cortesía Marco Paoluzzo)
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Nuevamente... un mar de sangre (Foto cortesía Marco Paoluzzo) |
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La gente observa su tradicional masacre (Foto cortesía Marco Paoluzzo) |
Fuente: The Explorer Journal. Summer 2007. Peacefully, Watching The Slaughter, by Russell Fielding. Photo Marco Paoluzzo